Tïtulo original: Doctor Strange and The Multiverse of Madness
Año: 2022
Director: Sam Raimi
Guión: Michael Waldron
Con: Benedict Cumberbatch, Elizabeth Olsen, Benedict Wong, Xochitl Gomez, Rachel McAdams, Chiwetel Ejiofor, Hayley Atwell, Patrick Stewart, Julian Hilliard, Jett Klyne y gran elenco.
Duración: 126 min.
Grado: 9/10
Reseña: Hernán Khatchadourian
Hasta hace unos años, solía escribir una o dos reseñas y críticas de películas para un importante diario, pero un cambio de trabajo y la pandemia acabaron con todo eso, así que elegí volver con una película muy esperada.
Antes de empezar con la película en sí, voy a celebrar que Doctor Strange and The Multiverse of Madness sea el regreso del verdadero Sam Raimi. De esta manera, además de ver WandaVision y What If?, sería ideal para los fans de Marvel echarle un ojo a otras obras de este legendario director.
Y no me refiero solamente a Spider-Man 1 y 2 sino a Evil Dead 1 y 2, Darkman y Army of Darkness, verdaderas joyitas de diversos géneros, pero principalmente de terror, que son capaces de foguearte en el verdadero arte de hacer cine con efectos especiales dignos de “Trentuno” (se me cayó el DNI ahí), es decir sin computadoras y con muchísima pasión por el séptimo arte.
Ahora sí, vamos directo a Doctor Strange and the multiverse of madness, una película que tranquilamente podría tener otro nombre ya que la trama gira alrededor de otro personaje y el protagonista cede mucho terreno en el guion; pero ir avanzar contando la trama por este lado podría producir un spoiler no deseado por quien no la haya visto.
Sin embargo, puedo contar tranquilamente que en los minutos iniciales el buen doctor rescata a una joven llamada América Chávez de los tentáculos de Gargantos, y ella la cuenta que llegó a ese universo escapando de alguien que utiliza todos los medios a su alcance para capturarla y así robarle sus poderes.
El poder de la joven es el de abrir portales entre los diferentes universos, y es la única que puede hacerlo en todas estas dimensiones, por lo que protegerla se transforma en una prioridad para Stange que ya viene de un escandaloso fracaso con Spider-Man en No way home, por lo que decide pedir la ayuda de Wanda Maximoff, que se autoexilió a la soledad después de los eventos de WandaVision.
Hasta acá hay algunas cositas que podemos revelar porque no terminan de cerrar como el hecho de que Strange recuerde lo que ocurrió con Spider-Man cuando al final de No way home lanzó un hechizo para que todos olviden a Peter Parker. Quizá estaba inmunizado contra su propia magia, ya que no creo que a los continuity doctors de Marvel Studios se les pase eso por alto.
Otro tema, y esto quizá les baje un poco la libido a los fans es que se revela por fin que el universo donde transcurre el MCU es el mismo de los comics, es decir la Tierra 616. Otro detalle que no importa demasiado pero que arruina las expectativas de ver una cruza de estos universos como ocurrió con el de los Ultimates o el de los zombies en el pasado.
La película transita muchísimas etapas y estados como una montaña rusa, es decir que por momentos la trama se ameseta y nada parece ocurrir (alguna broma quizá con un actor fetiche), y luego la tensión va in crescendo hasta que explota de una manera inesperada. Asi unas tres o cuatro veces hasta que la aventura llega a su fin a las dos horas.
En la primera mitad se nota la mano de los especialistas de siempre de Marvel Studios y hay poco de Raimi, pero en la segunda parte del film, el director consigue imponer sus gustos y entonces los espectadores puede asistir a algunas escenas que poco o nada tienen que ver con el MCU, y sí con el universo de Evil Dead, por citar un ejemplo.
Ambientes oscuros que guardan sorpresas, puños que golpean solos las caras de sus dueños, objetos contundentes que vuelan solos en primer plano hacia un blanco vivo, ojos que se abren en lugares inesperados, muertos vivos poseídos y hasta un duelo mágico de increíbles proporciones que hay que ver para creer.
A todos esto hay que sumarle la mano maestra de Dany Elfman en el plano musical y la fotografía de Jon Mathieson, responsable de Gladiator, X-Men First Class, y la Robin Hood de Ridley Scott, entre otra, para darle un toque fundamental.
El único punto en contra en este film, que marca un punto trascendental en la historia del MCU, es algo que sufrimos los que le prestamos mucha atención –ya sea por trabajo o por fan- al hype extremo que circula en las redes sociales.
Las expectativas que se crean desde Twitter, Facebook y otros lugares, y cuyo lugar de origen es incierto pero podría estas fogueado desde la misma usina de todo, se quedan muy grandes cuando pasaron los 120 minutos del film.
Quizá lo que ocurrió con Spider-Man No way home dejó la vara muy alta, o quisieron repetir la experiencia, pero acá, este detalle conspira contra el producto final. Acá es donde le damos la razón a aquellos que ni siquiera miran los trailers, pero ¿a quién le importa?
En definitiva Doctor Strange and the multiverse of madness es una gran película, que tiene doble valor por los hechos que allí tienen lugar y por la revancha que Raimi se pudo tomar en el MCU tras la desafortunada Spider-Man 3. Y la venganza, como sabemos, es un plato que se come frío.
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