Por: Yigael
Para estos momentos todos sabemos el resultado de los Óscar 2022, y puede que cada uno tenga su opinión sobre el filme ganador a lo mejor del año pasado. El caso es que las nominadas y la ganadora actual da espacio para una reflexión del Cine, su presente y su posible futuro. Aprovechando la coyuntura y el hecho de que, desde hacía mucho tiempo no veía todas las películas en disputa, vi la oportunidad de realizar estas breves reseñas de cada una, comentándolas con spoilers leves de sus tramas, mas no el final.
Como es conocido, o en todo caso puede ser googleado, la ganadora a Óscar a mejor película fue CODA, a pesar de que su propuesta cinematográfica es más bien sencilla, si la comparamos con muchas otras de las nominadas. Esto nos lleva al debate de ¿Qué es el cine? ¿Arte? ¿Entretenimiento? ¿Un poco de todo?
El cine, ante todo, y para mí, es un arte, contar historias con medios audiovisuales, tanto la fotografía, como el guion, como las actuaciones, nos dicen, nos cuentan, nos transmiten algo. Y para lograr eso todos esos elementos deben armonizarse de formas únicas y memorables. Aunque también hay fórmulas establecidas, códigos en la filmación que los directores siguen y homenajean. Pero todo esto a través de las imágenes. El cine es la toma hacia el reflejo del trozo de cristal al inicio de Ciudadano Kane, es la mirada fría de Michael Corleone al negarle a su esposa que él tuviera algo que ver con los crímenes, es la grandilocuencia del Triunfo de Quinto Arrio y su camino hacia el emperador Tiberio, con Judá Ben Hur a su lado, el cine es la mirada de terror y misericordia del doctor Zhivago cuando contempla a la caballería del Zar destrozar a una manifestación pacífica, es ver a Robert De Niro frente al espejo en Taxi Driver diciendo su famosas líneas, en fin, el cine es la puerta que se cierra dejando fuera a John Wayne en The Searchers.
He elegido en su mayoría escenas sin diálogos porque el cine debe ir más allá de las palabras, a pesar de que haya líneas geniales, memorables, icónicas en la memoria colectiva de mucha gente, eso, aunque no hayan visto la película correspondiente. Una máxima del cine es: “No lo digas, muéstralo”
Esto último se ha perdido mucho en el cine comercial actual. Ahora hay mucho diálogo explicativo, muchas frases que quieren decirnos qué está pasando como si no bastaran las imágenes o los símbolos.
Teniendo esta reflexión en cuenta, si podemos decir que el gane de CODA fue injusto en los Óscar, ya que su valor cinematográfico es menor a muchas de sus competidoras, aunque maneje una clara y sencilla historia, muy positiva y con actuaciones decentes. Pero ahora pasemos a analizar cada película de las nominadas, las presentaremos en orden alfabético.
Título: Belfast
Director: Kenneth Branagh
Película semi biográfica del director y actor shakespereano Kenneth Branagh, que representa el clima de violencia en la capital irlandesa, inspirada en desacuerdos religiosos e ideológicos entre “pandillas” de extremistas. Todo visto desde los ojos del niño Buddy, que crece junto a sus padres, hermano y abuelos en un barrio donde todos conocen a todos pero que no evita que se tomen partido a favor o en contra de la violencia como expresión política.
El momento en el que Buddy se deja llevar por una adolescente y participa en un acto vandálico, es una muestra de cómo la violencia, la pandilla entra en la vida de muchos menores, de forma casi natural, parte del ambiente, búsqueda de aceptación, casi como un juego pero que termina llevándolos a decisiones y acciones atroces con el tiempo. De ahí la decisión de los padres de viajar, de alejarse de ese ambiente. Algo con lo que pueden identificarse muchas personas aún en estos tiempos, lastimosamente.
El filme está muy bien contado, teniendo como eje al niño y su relación con los adultos que lo rodean y el ambiente que se enrarece cada vez más, complicando aún más su vida. Su fotografía es en blanco y negro, dándole un tono retro y de documental (es raro que el estilo monocromático nos dé la sensación de realismo, de veracidad) muy llamativo. Que su apertura y cierre en color me parecen fuera de lugar. Se dice que está inspirada en parte en Roma, filme de Cuarón, que también utilizó el blanco y negro como una forma de transmitir su historia. Solo que en este caso es un vehículo para los recuerdos del director quien salió de su ciudad para escapar del ambiente violento de aquellos años. Una película correcta, pero que quizá peca de simplismo y un tanto de abuso del sentimentalismo como toda “autobiografía” puede tener, pero la redondez de su historia se vio premiada con el Óscar a mejor guion original.
Título: CODA
Director: Sian Heder
Una película que parece destinada a ser recordada en la polémica de un gane inmerecido, como tantas otras (como Shakespeare in love, Ordinary people, etc.) Es una adaptación de una obra francesa anterior (La Famille Bélier de 2014) sobre una familia de sordomudos a excepción de la hija menor que puede oír y hablar, por lo que es el nexo de los demás para con el mundo que les rodea, tanto en su vida cotidiana y sobre todo en el trabajo de pescadores, donde ella es esencial para conseguir contratos y al momento de comerciar con su producto.
La historia es sencilla, mil veces vista: superación, logros a pesar de las dificultades, búsqueda de la identidad por parte de la adolescente, familia que no sabe cómo dejar ir a uno de sus miembros, todo aderezado con la circunstancia de la sordera del grupo.
Final feliz por todo lo alto, con clichés adivinables desde la mitad de la historia y con una sencillez increíble para una película nominada a grandes premios. Eso sí, las actuaciones son bastante decentes y puedes ver lo frustrante que es nuestro mundo para personas con capacidades especiales, como, a pesar de lo inclusivos que soñamos ser, un altísimo porcentaje de las actividades de la sociedad occidental están vedados para las personas con capacidades especiales, cualquiera que estas sean.
Aunque en el caso de los sordos, eso ya lo presentaba, y de mucho mejor manera, la película Sound of Metal de 2019, donde un baterista de heavy metal empieza a perder el sentido de la audición y, a través de un grandísimo trabajo en el sonido, se nos permite compartir esa aterradora experiencia del silencio empezando a invadir tu existencia.
Título: Don’t look up
Director: Adam Mckay
El ritmo frenético de la película es un ejemplo de lo que algunos entienden que debería ser el cine. Personalmente no lo considero así, a veces se siente más un videoclip musical que una película. No es tanto el caso de este filme en particular, pero sí de muchas propuestas modernas.
La película en general triunfa en presentar el absurdo de los tiempos modernos y su fijación en preocuparse del “qué dirán” en las redes, que en los hechos. La caricatura de los políticos que presenta llega a ser demasiado cierta a veces, sobre todo con el tema que se encuentra en el subtexto del guion: el cambio climático. En lugar del meteorito y la destrucción inmediata el tema de fondo es el cambio climático y la destrucción lenta e irremediable. En ambos casos, la ficción y la realidad, es negada a conveniencia por los políticos de turno y por los medios que prefieren la parodia, la diversión, los influencers, que a la verdad científica.
El personaje de Jennifer Lawrence representa a todos los científicos que gritan y gritan los hechos comprobados frente a un mundo absurdo que prefiere hacer memes que “mirar arriba”, ver los hechos y actuar en consecuencia.
En general la película tiene un ritmo desbalanceado, por ratos se siente muy rápida, por otros muy lenta. El personaje de DiCaprio es absurdo en algunos puntos y la parodia llega a extremos que te sacan del relato. Pero como una lección dura que debemos ver de este mundo tan raro que se ha creado, vale la pena verse, pero no merecía el premio, y quizá tampoco la nominación.
Título: Drive my car
Director: Ryûsuke Hamaguchi
Una genial obra de arte. Simplemente. Aunque realmente no tan simple. Esta película debió ganar el Óscar a mejor película, pero ya había ganado el de mejor película internacional (algo raro para todos los que no vivimos en USA ya que para nosotros todos los filmes son extranjeros o internacionales)
En lo personal considero que no debía existir esa categoría, debería ser la Mejor Película del año y ya, tomando en cuenta cine producido en todo el mundo. La cantidad de las nominadas, que ahora son 10 está bien, pero incluyendo a las de otros países. Porque la calidad del cine no estadounidense es muy muy buena. Ejemplo ésta de la que hablamos.
Drive my car es una historia sobre la pérdida, la aceptación, el perdón hacia uno mismo y el seguir adelante. En su largo metraje (casi 3 horas) nos va hilvanando el drama de una vida, el nacimiento de la confianza entre Kafuku y su chofer, que va poco a poco, como en la vida real, y sin adelantos absurdos de interés romántico, si no simplemente de persona a persona, de ser humano a otro que busca no estar solo, nada más. Todo llevado con la sutileza de las imágenes, sin diálogos explicativos más allá de los necesarios y con largas tomas del auto en las calles, que simboliza mucho, depende de la escena precedente o consecuente. Por eso la considero la justa ganadora, porque es de las pocas del grupo de nominadas que cuenta mucho con imágenes, como debe ser el cine.
En el elemento meta cinematográfico me llamó mucho la atención el tipo de teatro que se presenta en la película. Uno donde los interpretes son de diferentes países cada uno con su idioma, pero no hay necesidad que aprendan otro idioma, sino que representan su papel y dicen sus diálogos en su idioma, sin entender realmente lo que se están diciendo, pero que con el guion memorizado saben que le están diciendo así que actúan y hablan en consecuencia. La idea es genial. Para los espectadores de la obra, hay una pantalla arriba del escenario con los subtítulos de cada diálogo. Esto es especialmente incluyente porque entre los actores hay una sordomuda que actúa con su propio lenguaje de señas. Eso sí sería incluyente.
Hay planos que seguramente serán recordados dentro de muchos años, las tomas del auto y su recorrido, que es el recorrido metafórico del alma de los protagonistas, son muy bellas. Las actuaciones quizá se sientan raras, pero es más que todo por el trato social en Japón, que es diferente al occidental en respetar elementos como jerarquías y edades.
La estructura de la película también es muy particular. El que podríamos llamar prólogo dura 40 minutos porque es hasta ese momento que surgen algunos créditos, pero la historia de estos 40 minutos fundamenta lo que sigue, pero la película igual empieza en ese momento, pero verla completa es tener la experiencia completa de la historia de Kafuku, director y actor de teatro y la sombra de su esposa difunta en su existencia. Genial que en el momento de mayor peso emocional no usan la salida fácil (que bien podría estar en CODA) no se dicen que aquello que pasó no fue su culpa, sí, lo fue, pero aun así hay que seguir adelante. Doloroso. Gran película.
Título: Dune
Director: Denis Villeneuve
Uno de los libros emblemáticos de la ciencia ficción, Dune de Frank Herbert siempre ha sido un reto adaptarlo al cine de forma satisfactoria. La más lograda, aunque no es la visión, tal cual, del director, es el Dune de David Lynch de 1984. Luego hay una miniserie para televisión y la fallida, pero legendaria, adaptación de Jodorowski.
Esta versión de Villeneuve se presenta como la primera parte de una duología, dada la extensión de la obra me parece la mejor decisión. Centrados en esta película la puesta en escena es épica, el diseño de producción, montaje, sonido y efectos especiales están muy logrados (la película ganó 6 Óscar en aspectos técnicos)
Igualmente, las actuaciones están sobresalientes. Óscar Isaac como el Duque Leto le otorga la presencia y peso dramático de una figura trágica, Thimothée Chalamet hace un convincente Paul Atreides, falta ver su conversión a Muadib, aunque ya se tuvo un leve atisbo en una visión. Los Harkonnen muy bien, son fácilmente el objetivo del odio y desprecio de los espectadores. Quizá el único fallo es que se siente que es el prólogo de un verdadero momento épico que podría pasar a la historia de la ciencia ficción.
En cuanto a sus méritos para ganar la estatuilla a mejor película, habría sido histórico que la Academia premiara el cine de género, no solo en aspectos técnicos sino en su arte cinematográfico como tal. Esperemos que con la segunda parte de Dune se logre ese hito.
Título: King Richard
Director: Reinaldo Marcus Green
Otra película de superación basada en los deportes. Si CODA aparece como una película más, vista cientos de veces, King Richard es más de lo mismo, película de lucha y superación a través del deporte, clichés fijos aquí y allá, escenas y tomas totalmente esperadas e interpretaciones respetables.
Igual al caso de CODA es la nominación que menos se entiende. Lo más cuestionable es como el ambiente inquisitorial que se vive en redes y medios deje pasar una clara historia de sobreprotección, control desmedido de un padre obsesionado con vivir su sueño a través de sus hijas. Considerando que las Williams están involucradas en la producción de la película, es claro que controlaron el mensaje para suavizar muchas posturas que seguramente el Richard real debió tener, dada la naturaleza que muestra el filme. Claro todo esto se justifica en la escena con la policía que llega a investigar el posible abuso en dicha casa. Ahí el padre (un Will Smith muy sobrevalorado, igual su Óscar, ha hecho mejores interpretaciones) lanza un discurso señalando las bondades que su “método” tiene sobre la normalidad que les rodea, un típico “el fin justifica los medios” que, en muchas otras circunstancias, en otro guion, sería intolerable pero que aquí es presentado para aplaudirse.
Quizá la justificante real sea simple y llanamente que dicho método tuvo éxito. Que el trabajo obsesivo, el control sobre las vidas de tus hijos, negarles toda sociabilidad y pensar en castigos como dejarlos a media ciudad simplemente por celebrar sus triunfos, todo está bien porque al final sí funcionó y son leyendas del tenis y multimillonarias… pero ¿y si no lo hubieran logrado? Bueno, entonces ni siquiera supiéramos su historia y al enterarnos se condenaría al papá déspota.
Título: Licorice Pizza
Director: Paul Thomas Anderson
Una curiosa obra por su puesta en escena, el tema tratado y los prácticamente desconocidos actores (ah y nuevamente algo que rompe la moralidad estricta, una mujer adulta con un menor de edad, pero bien, la adulta es la mujer y pues funciona al final, lo que parece justificar algo que en otra circunstancia sería condenado)
El filme tiene una tomas y escenas que llaman la atención y aunque el final es predecible la forma de llegar a ello es bastante sui generis. A pesar de que es algo lenta realmente no aburre si no que se deja llevar, aunque los saltos temporales no quedan del todo claros. Las apariciones de Sean Pen y Bradley Cooper son más anecdóticas que otra cosa, pero dan su impulso a la convulsa relación de los protagonistas de ir reconociendo sus sentimientos, más que todo en la chica, quien se niega a siquiera sentirlos desde el inicio. El protagonista desde el comienzo mismo de la película sabe que la ama y todo lo demás es actuar en consecuencia con ello, a pesar de tener 16 años en ese momento.
Thomas Anderson como siempre correcto en su dirección, ya le van debiendo su Óscar. Igualmente es su guion que lleva muy bien el ritmo del filme evitando el aburrimiento y caer en el desinterés. Justo ganador del BAFTA en esa categoría.
Título: Nightmare Alley
Director: Guillermo del Toro
El cine de del Toro siempre me ha parecido muy interesante y bien logrado y el cast de esta película es inmenso con tanto talento junto y ambos elementos generaban mucha expectativa en esta película. Todas exageradas al final. El filme es un gran y correcto ejemplo de noir moderno, enfocado en la psicología del protagonista misterioso y su alma vacía que nunca se llena sin importar su ambición ni lo que logre con ella.
Las actuaciones muy destacables, Bradley quizá no tanto, pero si correcto. El diseño de producción, vestuario y fotografía es lo más rescatable de la película. El guion está poco inspirado. El final se puede ver venir desde casi la mitad del relato, el cual termina siendo muy extenso, con menos metraje aún se mantendría lógica del relato.
Así que expectativas excesivas, escenas innecesarias (muchas del dueto Cooper-Blanchet pudieron resumirse, igual el prólogo en la feria muy largo) hacen que la obra en su conjunto no pase de ser correcta.
Título: The power of the dog
Director: Jane Campion
La película más redonda, gran dirección (merecido Óscar) cinematografía grandiosa, actuaciones contenidas y potentes y un guion muy bien hilvanado que va in crescendo hasta un final muy inesperado. Benedict Cumberbatch logra una actuación tremenda que debió ganar el Óscar, pero así es la Academia, se lo terminarán dando por algún trabajo futuro menor (caso de DiCaprio) y ahí sentirán que hicieron justicia.
Las tomas de paisajes, los silencios en las escenas están muy bien llevadas. Sus 12 nominaciones son justas, su derrota en casi todas ellas, una afrenta al cine.
Pero quisiera detenerme más en el final. Una escena que te hace replantearte todo, hasta la figura del que termina siendo el verdadero protagonista, su papel, sus decisiones, hasta sus silencios toman nueva perspectiva ante el descubrimiento. La cita bíblica en la que se basa el título realmente deja paso a la ambigüedad. ¿Quién es realmente el perro del que pedimos protección?
Otro punto es que Campion con su guion y su dirección no hacen de la homosexualidad reprimida del personaje de Cumberbatch el centro del relato, no ahondan en dicho aspecto (no hay fanservice para el lobby LGTBIQ+) pero si la deja patente porque es esencial en la psicología del sujeto, en cómo se fue desarrollando en el personaje intolerante y osco que nos presentan, su eterno conflicto de no aceptación propia hace que no acepte al resto del mundo que le rodea, y entendemos más el contraste con su hermano (un correcto Jesse Plemons) quien sí ha sabido llevar un comportamiento más civilizado.
En general una gran película que será recordada como la verdadera ganadora a mejor película, como muchas otras, en detrimento del correctismo político y la inclusión medio forzada.
Título: West side story
Director: Steven Spielberg
Si hubiera que darle el Óscar a una película con tono festivo (a excepción del final claro, pero es Romeo y Julieta, tampoco se puede pedir un final Disney) debió ser esta obra. Spielberg en su primera incursión en el género del musical logra una grandiosa puesta en escena, una agilidad en las tomas y unos encuadres de cátedra creando un clásico instantáneo (solo será superada por la original por la nostalgia que siempre agrega un plus inabarcable a las obras fílmicas)
Las actuaciones correctas, la alegría juvenil se palpa, los encuadres como mencioné, muy bien logrados, en mi retina queda el del final, la cámara subiendo lentamente encuadrando la escena en los cuadros de una escalera externa, justo en los momentos adecuados de dramatismo, los colores están increíbles y transmiten justa la emoción del momento.
Spielberg es un maestro y un genio colocando la cámara en los lugares justos. Con esta genialidad está dejando una obra maestra casi en cada género cinematográfico. Joyas que, aunque no premiadas si terminan siendo parte de la historia del cine por siempre.
Así terminamos un breve vistazo de las películas nominadas. Totalmente subjetivo claro, no pretendo ser un crítico profesional, sino dar una opinión de un cinéfilo que vio en esta premiación una oportunidad de comentar en ese debate de qué cine debe premiarse y, más profundo aún, qué es el cine.
Siguiendo en ese aspecto, creo que la Academia debe ir eliminando esa división entre mejor película y mejor película de habla no inglesa. En la práctica lo hace, Drive my car no es la primera película nominada en ambas categorías. Absurdo porque en teoría no podría ganar en las dos. Mejor hacer una sola categoría, reconociendo que cine es cine, sin importar en qué idioma se hable. En cuanto a la cantidad de nominadas, 10 me parece un número correcto. Quizá al abrirlo a más países podría aumentar, pero no mucho, para evitar la llegada de películas demasiado genéricas.
Y aquí sería la base para una última reflexión. ¿Cine genérico? Pues sí, hay y mucho. ¿La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas debería premiar cine así? Pues, si nos atenemos a la reflexión introductoria de qué es el cine, pues sí debería cuando esa historia esté muy bien contada y desarrollada, no necesariamente de forma innovadora o vanguardista, pero sí de forma correcta y artísticamente elaborada. Eso debería ser lo que más se valore en una producción.