Por: er kebab
Queridos amigos usuarios de HTAL, viendo que el cómic asiático está en auge en el blog (especialmente gracias a usuarios como Mandelrot, FOR8NER, Freddy o Tokio Toy), me voy a tomar la libertad de hablar de una demografía que, si bien está viviendo una segunda ola (Hallyu), todavía no ha sabido destacar en nuestras librerías. Y es que el manga parece dominar las ventas entre los lectores más jóvenes (y no tan jóvenes).
Pese a ello, algunos de vosotros habréis visto en vuestra tienda favorita Solo Leveling, el primer manhwa webtoon en dar el salto internacional.
¿Pero qué es el manhwa?
De igual forma que con el término “manga”, utilizamos la palabra “manhwa” para representar la nacionalidad de las historietas. Si la obra es japonesa, entonces es un manga. En este caso, el manhwa sería el cómic coreano. No obstante, ambas palabras difieren en su significado si nos vamos a sus países de origen. Pues tanto “manga” como “manhwa” se utilizan (en sus respectivos) países para referirse a toda ilustración gráfica independientemente de su nacionalidad. Así pues, para un coreano, el webtoon coreano Tower of God es manhwa, Dragon Ball es manhwa y si Mafalda es conocida en Corea, pues también sería manhwa. Siendo un caso análogo para Japón.
¿Cómo distinguir un manga de un manhwa?
Hay 3 reglas básicas:
- Los manhwas están escritos de izquierda a derecha siguiendo el orden hangeul (alfabeto coreano).
- Los nombres de los autores suelen componerse de tres sílabas y ser seudónimos.
- Las onomatopeyas están obviamente en coreano.
Más allá de estas normas básicas. Se pueden apreciar diferencias significativas en la trama, el dibujo y su comercialización.
Trama: las historias coreanas tienen marcada tendencia hacia la tragedia. En el manhwa, al igual que en otras expresiones culturales, no es raro que el protagonista sufra un sinfín de desgracias sin final feliz. Aunque en ocasiones estos finales trágicos son una forma de sorprender al lector, a menudo parten de un sentimiento característico de la tradición coreana, el Han. Sin una traducción clara, es un sentimiento de fatalidad romántica, una tristeza profundamente enraizada en que se acepta el peor de los destinos por un bien común o por mantener una pequeña llama de esperanza. Esto ha ido cambiando con los años, pero los finales agridulces siguen a la orden del día.
Para terminar el apartado, las distintas épocas de censura han influido en la presentación de la sexualidad de los personajes, con una dosis de erotismo muy inferior a la del manga. Pero eso es en el manhwa corriente. Hace unos 10 años, con la proliferación del webtoon, el manga erótico se popularizó a lo bestia. Es lo que suele pasar en culturas más cerradas cuando abres la puerta a estos temas. Qué en vez de salir de uno en uno, se sale en marabunta.
Dibujo: Suele ser más realista en el manhwa. Esto se observa, en primer lugar, en el diseño de los personajes, que suelen ser más proporcionados evitando personajes de talla gigante o minúscula. El realce de otras características faciales hace que sea más fácil distinguir la edad, pero más difícil el sexo. Esta tendencia realista también se ve en el diseño de los ojos. Siguen siendo grandes, pero comparten protagonismo con labios más rellenos y perfilados. Una mayor moderación en el tamaño del ojo, con un iris más redondo que ovalado, contrasta con unas pestañas larguísimas.
Comercialización: el poder de las editoriales japonesas sobre las tramas y la continuidad de las series no es tan palpable en Corea, donde otras plataformas de distribución han permitido al autor un mayor control sobre sus creaciones. Esto permite mayor variedad de obras, pero provoca la finalización abrupta de una cuando el manhwaga (análogo al mangaka) decide embarcarse en nuevos proyectos. Además, el extendido uso de internet como vehículo de presentación de nuevos personajes y dibujantes alimenta el flujo de sangre nueva a la industria.
¿Y dónde entra el Webtoon?
Con el desarrollo de Internet, en los años 90 comenzaron las primeras publicaciones de cómics en internet, pero no sería hasta el año 2000 cuando se identificaría a una primera generación de dibujantes exclusivamente en web, quienes aprovecharon los nuevos canales de distribución. Pese a ser los “padres” del modelo, de estos autores solo diré que sus obras respondían más a un tipo de ensayo o diario personal con ilustraciones. Esto sería pulido posteriormente por una segunda generación de artistas que concebirían sus obras directamente en función de las plataformas de Internet para cómics.
En 2015, tan solo dos plataformas concentraban el 91% del mercado doméstico de cómics online según datos de Statista. Esta concentración del mercado es lo que marcaría la transición a un modelo de pay per view (siendo que los portales ofrecían inicialmente contenido de forma gratuita). Esto inicialmente despertó dudas, pero contra todo pronóstico, este modelo se ha hecho con el mercado.
¿Podría ser el webtoon el futuro del manhwa?
A sabiendas que en 2021 el webtoon ha representado el 73% del consumo de cómics en Corea del Sur, me atrevo a decir que ya es el presente.
¿Y en el resto del mundo?
Pues parece que ya se está haciendo. Editoriales grandes en sus respectivas tradiciones como Soleil en la franco-belga o Marvel en la estadounidense llevan unos años publicando cómics digitales. Aunque el modelo es ligeramente distinto; los contratos de los artistas que hacen manhwa webtoon pueden obtener un salario fijo mensual por sus obras publicadas, a lo que podrían sumarse ingresos por publicidad, cantidad de visitas o el uso de personajes y adaptaciones de sus obras a otros formatos. No así con los artistas de otras denominaciones que cobran por página publicada.
Y os dejo las siguientes cuestiones para pensar ¿No os recuerda este tipo de formatos al de plataformas como Twitch o Netflix? ¿Podría ser este formato el futuro de la industria del cómic?